La semana pasada, la National Audubon Society publicó su Informe sobre Aves y Transporte, en el que presenta su estrategia para construir las infraestructuras de energías renovables necesarias evitando al mismo tiempo las peores consecuencias para las aves. En el informe se analiza la línea de Sunzia Transmission, que sirve de estudio de caso sobre cómo puede diseñarse un proyecto para alcanzar este objetivo.
Desde la publicación del informe, los miembros de Audubon de Nuevo México y Arizona han expresado su preocupación por nuestro apoyo a este controvertido proyecto. Esta preocupación es una demostración del cuidado y la compasión que nuestros miembros sienten por la avifauna del Suroeste, y la aplaudimos. Por lo tanto, creemos que es justo explicar cómo hemos llegado a nuestra posición. Es de esperar que lo que sigue aporte antecedentes sobre los aspectos más delicados del proyecto y arroje algo de luz adicional sobre nuestra postura.
Cruce del Río Grande – En sus primeros días, la ruta propuesta para la línea la habría visto cruzar el Río Grande en Nuevo México, inmediatamente al norte del refugio Bosque del Apache. Basándonos en los movimientos de grullas observados en la región, pensamos firmemente que este lugar presentaba un alto riesgo de colisión para las grullas cenicientas y las aves acuáticas migratorias, por lo que nos opusimos a la ruta.
Cuando el Departamento de Defensa solicitó que la línea se trasladara al norte para evitar el campo de misiles de White Sands, la nueva ubicación propuesta (al norte de Bernardo) se encontraba en una zona con un uso mucho menos frecuente de grúas y un riesgo de colisión mucho menor. Si a esto se añade el compromiso de la empresa de desplegar sistemas avanzados de prevención de colisiones con aves en las líneas a su paso por el corredor fluvial, el riesgo de colisión se ha reducido considerablemente.